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¿Vamos a la huerta?
Aprender jugando

Docentes responsables: Arruda María y Vodanovich Carolina

La E.E.S.Nº6, de Gobernador Ugarte no es una escuela rural, pero es una escuela dentro de un pueblo rural, ubicado en el partido de 25 de Mayo, provincia de Buenos Aires, cuya población, según el Censo Nacional 2010, es de 547 personas, siendo menos de un tercio de la población que vivía en la localidad a mediados de los ‘70.
A partir del año 2008, desde los Itinerarios Formativos, espacio no obligatorio con orientación en turismo, se lleva adelante una Huerta Escolar, como una posibilidad de turismo educativo. Desde este espacio pedagógico-solidario se intenta difundir prácticas productivas sustentables que impacten en la alimentación de la comunidad rural y que permitan la recuperación y valoración de la autoproducción de alimentos dándoles valor científico y cultural.
Esta huerta escolar intenta facilitar la relaciones sociales e institucionales en un espacio de aprendizaje, de ocio y de lúdica; a partir de vincular las necesidades individuales y sociales.
Desde el año 2008 a través del diseño de juegos los alumnos de la secundaria, que cursan el módulo de Introducción a la problemática del turismo, les transmiten valores y enseñanza sobre alimentación y la producción no contaminante a los alumnos de 6° de la EPN°41.

 

Objetivos

Diseñar juegos que permitan

  • Comprender, la huerta escolar como un espacio de aprendizaje cooperativo, grupal y solidario.
  • Conocer prácticas y procedimientos de la Agricultura Agroecológica.
  • Recuperar prácticas culturales como es la producción de Alimentos.
  • Valorar la dimensión recreativa de la actividad productiva.
  • Fortalecer el intercambio de aprendizaje entre generaciones.
  • Pensar la huerta escolar como un posible espacio de turismo educativo.

 

¿Es posible aprender es jugando?
“El ser humano practica y cultiva el juego, en todas sus variantes, a todas las edades. El juego se convierte así, además de en elemento formativo, en actividad para el desarrollo en nuestro tiempo de ocio y esparcimiento”.1

El juego aparece fuertemente ligado a la infancia, por medio de él, los niños se comunican y expresan sus habilidades, aprende, se relacionan, disfrutan. Los juegos sirven para pensar y resolver situaciones problemáticas en forma individual o grupal cumpliendo normas, pero con las mínimas posibles de manera que permitan la comunicación, porque el juego debe ser una actividad libre, y liberadora.
Usar el juego como herramienta de aprendizaje requiere desestructurar y liberar a los alumnos de los bancos, permitirles circulación libre por el salón que puedan aprender sin sentirse obligados y sin temor a equivocarse porque estos son juegos que permite aprender conductas sociales no competitivas.
Jugar para aprender en una huerta escolar requiere además de participación directa y activa. Se basa en la construcción del saber hacer. Es una práctica vivencial que permite adquirir capacidades y valores alrededor del cuidado del medio ambiente.
Durante un juego se desarrollan capacidad de análisis, concentración, síntesis, abstracción y generalización.

 

Etapa de diseño y elaboración de materiales para talleres de articulación

Este proyecto desarrolla acciones de características lúdicas con el objetivo de alcanzar aprendizajes que permitan recuperar saberes alrededor de la producción de alimentos de manera sustentable en una relación entre iguales a partir de juegos diseñados por adolescentes, para niños.
Para diseñar juegos se necesitó
• Comprender y aprender previamente la temática que se quiere transmitir,
• Desarrollar una gran capacidad de síntesis.
• Fomentar el pensamiento creativo,
• Incentivar la experimentación y la autonomía
• Trabajar sobre el error respetando y aceptando este como posibilidad de aprendizaje

 

Resultados Obtenidos y discusión

Los alumnos de 6° año esperan el día de articulación y cuando se entra al aula festejan la llegada de los alumnos de la secundaria. Lo primero que hacen es levantarse, sacarse los guardapolvos y preguntar ¿Vamos a la Huerta?
En las actividades lúdicas desarrolladas tanto en ambiente interior como exterior, donde los chicos participan y desarrollan iniciativas, comprendiendo que es posible aprender parados, sentados o caminando.
La huerta es un espacio liberador donde no se está encerrado y sentado ordenadamente para aprender, es un espacio donde el tiempo no es una obligación. Esto no es hacer lo que le da la gana sino lo que le interesa, es decir, que existe la posibilidad de elección de que aprender en dentro de diferentes actividades.
Estas actividades son planteadas por alumnos del secundario y los más chicos elijen cuales les gusta más y con quien lo quieren hacer (referentes y pares). El referente lo guía y motiva para adquirir ese conocimiento.
Es estos encuentros, los chicos lograron comprender a través del juego qué es una huerta agroecológica, como así también reconocer y valorizar prácticas productivas culturales como la siembra por calendario lunar, por estaciones, y la asociación de verduras.
Pudieron entender que no es posible comer todas las verduras todo el año, porque muchas de ellas solo las encuentran en determinadas estaciones.
Qué es importante cuidar el suelo.
Lograron el reconocimiento de su trabajo en la huerta por parte de las autoridades escolares, padres e instituciones como estímulo importante para el conocimiento.
Compartieron las verduras sembradas por ellos con sus familias.
Probaron verduras que no conocían. Descubrir la importancia de nuevos sabores y tener la tranquilidad de que no tiene ningún fungicida o remedio que dañe su cuerpo, el de su familia, el de su vecino, o el suelo en el que vive.
El juego entre niños y adolescente en ambientes naturales de aprendizaje institucional, como es una Huerta Escolar, corre del escenario a los docentes y el juego deja de ser una obligación.
Es fundamental pensar la diversión como un objetivo de aprendizaje, donde el juego es un medio que permite apropiarse del contenido, y desarrollarlo con creatividad, construyendo una mirada interdisciplinar del problema y/o actividades planteadas tanto en la huerta como en el aula; ya que las actividades realizadas posteriormente por los alumnos de 6°año de la EPN°41, son diferentes de las realizadas con anterioridad por los alumnos de 4° año de la secundaria en el espacio de Itinerarios Formativos.
Así los juegos en la Huerta Escolar
• Permiten incorporar nuevos conceptos y relacionarlos
• Obligan a realizar una síntesis conceptual para pensar cuando un juego es adecuado para el fin planteado.
• Favorecen el aprendizaje de reglas sociales,
• Permiten compartir valores, como contribuir al cuidado del medioambiente a través de un tipo de agricultura que no trae consecuencias negativas para el cuerpo, para el suelo o para la sociedad.
• Colaboran en la creación de vínculos eso se puede observar en la elección que hacen los chicos a la hora de trabajar, en el intercambio de objetos, etc.
• Facilitan la recuperación de prácticas productivas culturales
• Permiten la transmisión de valores y cultura al cooperar en actividades solidarias.